Es la hora de construir

Ciudad futurista

Ninguna de las instituciones occidentales estaban preparadas para la pandemia del coronavirus a pesar de las alertas. Este fallo monumental de las instituciones marcará una década. Es la hora de preguntarnos por qué y qué tenemos que hacer.

Podemos culpar a un gobierno u otro, pero la realidad es que todos fallaron. Ningún pais, región o ciudad occidental estaban preparados. A pesar del gran esfuerzo y trabajo de muchas personas trabajando en estas instituciones. Estamos ante un problema más profundo que cualquier cuestión política.

Parte del problema fue la falta de previsión. Pero otra parte del problema es aquello que no hicimos y que no estamos haciendo. Esto es la falta de acción, especialmente nuestra incapacidad para construir.

Necesitamos construir

Nos hemos dado cuenta cuando necesitabamos cosas de manera urgente que no tenemos. No tenemos tests[1] ni materiales. No hay suficientes respiradores[2] ni camas de cuidados intensivos. En medio de la pandemia la gente fabrica mascarillas caseras y los sanitarios utilizan chubasqueros y bolsas de basura como batas médicas. ¡Bolsas de basura! ¡En 2020! ¡En España!

Tampoco tenemos tratamiento o una vacuna, a pesar de que llevamos años de alertas acerca de los coronavirus. Esperamos que nuestros científicos inventen algún tratamiento y una vacuna. Pero luego no tendremos las fábricas suficientes para escalar la producción. Incluso después, puede que no seamos capaces de suministrar los tratamientos y vacunas lo suficientemente rápido. Costó 5 años a los científicos obtener las aprobaciones regulatorias para la nueva vacuna contra el Ébola[3].

En España, ni siquiera tenemos la capacidad de rescatar a las personas y pequeños empresarios que lo necesitan. Miles de familias se han encontrado en una situación crítica e inesperada y muchos negocios están en serios problemas. Sin embargo, no disponemos de los mecanismos que nos permita salvar a quien más lo necesita.

Instalaciones de la fábrica de Mercedes Benz Vitoria
Instalaciones de la fábrica Mercedes-Benz Vitoria. Foto: erredehierro.com

¿Por qué no tenemos nada de esto? Fabricar mascarillas y transferir dinero no es complicado. Podríamos tenerlo, pero decidimos no tenerlo. Especialmente, elegimos no tener mecanismos, fábricas y sistemas para crear estas cosas. Elegimos no construir.[4]

Tenemos que cambiar nuestra actitud

Esta complacencia con la incapacidad y la falta de voluntad por construir se encuentra no sólo en el status quo, sino en la vida occidental. Y también concretamente, en la Española.

Lo ves en vivienda. Cuando construimos viviendas creamos una burbuja inmobiliaria enorme. Aun tras años del pinchazo, las familias jóvenes tienen grandes dificultades por acceder al mercado inmobiliario e incluso para pagar el alquiler en las zonas urbanas donde se concentra el trabajo. ¿No debería ser al revés?

Lo ves en la educación. Cada año salen gran cantidad de titulados con prestigio internacional, pero no tienen donde utilizar sus capacidades y poder contribuir a la sociedad empleando las habilidades que han adquirido. Decidimos que no lo hagan. Que no lo necesitamos.

Lo ves en la manufactura. Cada vez menos empresas quieren seguir fabricando en España. Son habituales las noticias de fábricas que abandonan España para establecerse en otra parte, a pesar de la dificultad que esto supone. ¿No tenemos realmente la capacidad de retenerlos? Tenemos ingenieros que son capaces de crear nuevas fábricas de alto valor añadido tal y como se hace en países vecinos como Alemania. ¿Por qué no lo hacemos?

El problema es el deseo. Tenemos que querer esas cosas. El problema es la inercia. Tenemos que querer más esas cosas. El problema es la regulación. Tenmemos que querer que las empresas construyan estas cosas, incluso si a los accionistas no les gusta. El problema es la voluntad. Necesitamos construir estas cosas.

Nueva fábrica de Mayoral, Málaga. Foto de System Arquitectura.

Y necesitamos separar el imperativo de construir de la idelogía y política. Ambos lados deben contribuir a construir.

Políticos a izquierda y derecha dificultan continuamente que podamos construir. El capitalismo de amiguetes, la carga impositiva a los pequeños empresarios y emprendedores. La criminalización del gran empresario que genera riqueza. La insoportable burocracia. El enchufismo. La complejidad y diversidad legislativa.

No es sencillo, pero podemos hacerlo

Construir no es sencillo, si lo fuese ya lo estaríamos haciendo. Hay que pedir más a nuestros líderes políticos, a nuestros directores ejecutivos, nuestros emprendedores y a nuestros inversores. Todos somos necesarios, y todos podemos contribuir, para construir.

Todos deberíamos preguntarnos ¿qué estoy construyendo?, ¿qué estoy construyendo directamente, o ayudando a otra gente a construir, o enseñando a otra gente a construir, o cuidando a la gente que construye? Si tu trabajo no está conduciendo a construir algo ni a cuidar de la gente, te hemos fallado. Y tenemos que ponerte en una posición, una ocupación, en una carrera en la que puedas ayudar a construir. Siempre hay gente sobresaliente incluso en los sistemas más disfuncionales. Necesitamos movilizar todo ese talento hacia los problemas que tenemos y en construir las respuestas a estos problemas.

Espero que este ensayo sea objetivo de críticas. Aquí una modesta propuesta a las críticas. En lugar de atacar mis ideas sobre qué construir, concibe las tuyas. ¿Qué crees que deberíamos construir? Es muy probable que esté de acuerdo contigo.

Nuestra civilización fue fundada fabricando, construyendo. Nuestros antepasados construyeron granjas, carreteras, trenes y fábricas, luego el ordenador, el microchip, el smartphone e incontables cosas que hoy damos por sentado que están a nuestro alrededor que definen nuestras vidas y nos proporcionan bienestar. Sólo hay una manera de honrar su legado y de crear el futuro que queremos para nuestros propios hijos y nietos, y es construir.


Esta es una adaptación libre, resumida y personal, reorientada a España del ensayo «It’s time to build» de Marc Andreessen en el marco de los Estados Unidos a fecha 18 de abril de 2020, cuando se dispararon los contagios del COVID-19. Gracias Marc.


[1] Aunque ya estamos en ello.

[2] Aunque muchas universidades y empresas han colaborado en fabricar en tiempo record nuevos modelos de bajo coste.

[3] El dato es de EE.UU. Desconozco el dato para Europa, sin embargo, la regulación en España y Europa pone también muchas trabas.

[4] Claro que existen fábricas en España. Pero no podemos compararnos con países como Alemania o China.

Imagen de cabecera: Ciudad futurista. Fotografía de fanjianhua – www.freepik.com

jorgeacortes.com

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