Las metodologías ágiles nacen a finales del siglo XX con las nuevas necesidades de desarrollo imperantes especialmente en la industria del software como alternativa al modelo de desarrollo tradicional [1].
Las metodologías ágiles (Agile) se definen como un marco de trabajo para la entrega de productos rápida y eficientemente [2]. Se caracterizan por ser:
- Iterativas. El desarrollo se hace mediante la repetición de una serie de pasos.
- Incrementales. El desarrollo se realiza modularmente hasta formar el producto final.
- Altamente flexibles. La metodología cuenta con procedimientos para el cambio y repriorización de objetivos.
- Interactivas. Requieren de una interacción e implicación de todo el equipo y del cliente.
Una de las metodologías ágiles más extendidas es Scrum.
Hoy en el 41% de la industria del software se emplean metodologías ágiles o similares. Además, este tipo de metodologías está presente en cada vez más sectores económicos [3].
Un caso de éxito fuera de la industria de software es Zara, cuyo modelo de producción tiene rasgos de las metodologías ágiles, habiendo revolucionado la producción en el sector [4].
Referencias[1] Manifiesto por el desarrollo ágil del software (2001)
[2] SADDINGTON, P. (2012): A Quick Start to Making Your Business Agile Using Scrum and Beyond. Wiley. Somerset, NJ, USA.
[3] SCRUM ALLIANCE (2013): “State of Scrum Report 2013”
[4] FORBES (2012): “When will US firms become Agile? Part two: Internal agility at Zara“